3 de diciembre de 2009

Me muero

- Me muero...
- Seguro que no, te lo estarás imaginando. Vete a descansar ya verás como te sentirás mejor. Ahora vete, estoy ocupado.

- Me muero...
- Yo no temo a la muerte. Al fin y al cabo no somos imprescindibles. Lo mejor que puedes hacer es asumir que ha llegado tu hora; algún día tendrias que morir.
- ...pero yo sí soy impresdindible.

- Me muero...
- ¿qué síntomas tienes: mareos, tos...?
- ehh... un pinchanzo fuerte... desvanecimiento.
- ¿desde cuando te ocurre?
- Me muero.
- Lo siento, yo no me ocupo de esas cosas, no puedo curar lo que padeces. Consulta a otro especialista.

- M...e mue...ro...
- Yo también tengo problemas y no se los voy contando por ahi. Déjame en paz.

Convaleciente, se miró al espejo. Y su reflejo le contestó:

- Te mueres. Y tu epitafio rezará: "Aquí yace quien no puedo encontrar lo que buscaba"

Y su reflejo se desvaneció; había expirado, dejando unas letras escritas bajo el vaho que había dejado su último supiro en el espejo. Decía:
"Soy quien no supo buscar lo que que quería encontrar"

Había muerto el Amor.

1 comentario:

  1. Y que triste sería que muriese el amor... y que triste sería perder la esperanza de encontrar a la persona que te complementa, a la estrella que te alumbra...
    Y que triste es que nosotros no sepamos encontrarlo, que no sepamos verlo justo cuando lo tenemos enfrente.
    Quizás en un viejo compañero de colegio, quizás un amigo de un amigo, quizás en un loco viaje al extranjero...

    Ahora que lo pienso... quizás el amor nunca muera. Puede que esté ahí siempre, escondido, buscando que lo encuentres...

    Quizás los que no creen en el amor no sepan verlo...

    1 abrazo, arlequin. Y que no muera el amor. Aparecerá cuando menos te lo esperes

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