Demonios nos acechan en el día y en la noche.
La oscuridad nos espía para introducirse en nuestra indefensa alma.
La mentira nos acosa desde cualquier rincón.
Solo tenemos como armas el amor, la luz, la verdad
...que a veces no tenemos a mano y caemos rendidos a los pies de estos jinetes de las tinieblas.
Y al resurgir del mar de penas que nos ahogó, nos elevaremos más alto que nunca,
nos miraremos al espejo más seguros que nunca,
saldremos del resguardo serenos.
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