17 de noviembre de 2009

Ajena


Estoy aqui, escribiendo desde un ordenador ajeno, en un lugar ajeno, realizando una acción ajena a mi interés. Debería estar haciendo tareas en este tiempo libre que tengo entre actividad y actividad... aprovechando el tiempo. Pero la rutina me concome y me ahoga. Me aprisiona el corazón y la mente. Necesito volar... escapar... ¡escribir!
Miro por entre la cortinilla de la ventana de la biblioteca y es de noche. Hace sentirme encarcelada en este ambiente tan confortable y caliente, ajena otra vez de la vida nocturna, del aire fresco, del murmullo leve de las calles semidesiertas y del toldo negruzco salpicado de puntos de luz que son pocos en la ciudad. Creo que todas las estrellas emigraron a mi pueblo.
Pensar que aun me esperan horas de concentración intelectual y tener que volver a encerrarme entre cuatro paredes sobre dos plantas de cimientos... me derrite cual vela consumida.
Dentro de unas horas volverá a salir el sol y repetirse las mismas acciones sino más pesadas.
Pero en realidad me gusta lo que hago. Solo en realidad. Imaginariamente, lo que me gustaría sería correr, correr hacia una libertad distinta. que al levantarme cada día pueda elegir a qué hora hacerlo, en qué emplear mi tiempo cada día, porque si lo pensamos un poco, nuestro tiempo queda alienado una vez más. Pasa de ser nuestro a servir, es decir, queda esclavizado por fuerzas exteriores y ajenas a nosotros.
Con esto no quisiera decir que nos convertimos en marionetas, pero sí que la obligación reina y pega latigazos al corazón para que mueva a nuestros pies, que a veces caminan sin nuestro consentimiento, como manejados por los hilos de la pasividad.
Es un sueño estúpido querer ser activos. Vivos en cuerpo y alma. Es nuestra forma de existencia hoy por hoy, optada en cualquier caso por las personas: hemos jerarquizado los deseos, los impulsos, los deberes, las responsabilidades. es una estructura necesaria y a la vez desesperanzadora.

Pero yo a veces soy rebelde y violo esa jerarquía. ¡Eleboro ideas desafiantes!
Entonces es cuando escribo la biografía de mis sentimientos, tan menospreciados por todo lo que me rodea y ahoga.
¿Ahora veis? Me gusta sumergirme en mi mundo ajeno...

1 comentario:

  1. Me recuerdas tanto a mi...
    Es difícil aceptar que todo lo que estamos trabajando simplemente servirá para controlar un trocito de nuestra vida en el futuro.
    Tódo lo demas será controlado por otros...
    Intento consolarme pensando que aún controlaría menos mi vida si no trabajo ahora...

    La rebeldía esta bien... sobre todo si escribes estas entradas.

    Un abrazo arlequín.

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