31 de marzo de 2010

Preguntándote dudarás

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Cuando sucede (como sucedió en enero) me siento culpable e incluso despreciable por no haberlo notado... por haberme enterado la última... por haberme merecido el arrebato de la confianza que antes ella tenía en mí... ]


Nado en un mar de incertidumbres.
Empezando por que nada es bueno y nada es malo, desconozco qué es lo correcto.

Puede que una elección acertada se convierta en una inconveniente según qué es lo que dé el punto de vista, y el contexto lo sea todo.

Quizás le damos demasiada importancia a la elección en sí, si ésta está siempre sujeta a algo superior, y ese algo lo proporciona de una forma distinta cada persona, siendo ésta condicionada también por algo que se sitúa más arriba aun, ¿has oído hablar alguna vez de la coherencia y la adecuación? Seguro que la escribimos alguna vez en un examen de lengua, pues bien, creo que es la clave de nuestras elecciones, algo así como que los peces son nuestras acciones y el agua las situaciones; todo gira alrededor de las segundas.

Si no, ¿cómo te explicas que una amiga haga algo incomprensible para los demás?, ¿por qué para ella fue lo correcto y para los demás una estupidez? Quizás todo sea una estupidez cuando lo sacamos de su contexto, como un pez agitándose sin poder respirar una vez fuera del agua… puede que si no lo vemos desde dentro no sabremos los motivos de su coherencia.

Pero qué difícil es verlo desde un ambiente que no nos pertenece, ¿no crees?
Sería como tener los ojos abiertos dentro del agua, intentando ver las cosas como los peces lo hacen… no lo conseguiríamos, al igual que si intentamos comprender la elección que una amiga tomó sin estar en su piel, sin haber experimentado todo lo que la llevó a tomar esa determinación… sin embargo las amigas no disponemos de unas gafas de bucear.

¿El kit de la cuestión podría ser que el amor es incomprensible y nos obliga a hacer estupideces? Quizás el amor sea una especie rara de pez que nada en dirección contraria a los demás, así ni las situaciones ni las personas que están en ellas sepan como encajarlo.

Lo que sí sé es que hablando de este especimen que tenemos todos en nuestro interior que nos hace pensar que nunca haríamos algo cuando lo ves hacer en otra persona, cuando llega el momento, comienza a nadar en dirección contraria y antes de que te des cuenta ya lo has hecho, y lo peor de todo es que creíste que era lo correcto;
lo sé porque me ha ocurrido enamorarme de quien no me conviene o de quien no debo, he aceptado una segunda vez, he creído que amaba cuando solo era cariño y he creído que me amaban cuando no era así.
Ni si quiera sabe uno si la situación amorosa en la que está es verdadera, la definitiva o “la correcta”.

Por eso comprendo a mi amiga a la vez que pienso que está ciega… ¡qué me fundamente alguien el por qué vuelve con quien la ha dejado “definitivamente” dos veces, con quien cada vez que hace esto por su propia naturaleza insegura la destroza e inunda en lágrimas, con quien le pide que vuelva con junto a él con el insípido argumento de que son pequeños baches que pasan todas las parejas!
y sin embargo ella se traiciona a sí misma haciendo lo que dijo que no haría, e intenta construir a pedacitos su amor roto, sin importarle lo que digan los que la consuelan e intentan darle consejos cuando su autoestima estaba en el fondo del agua.

No pienses que la recrimino por sus elecciones, pero no evito la reacción típica de una amiga que no quiere nada malo para ella.
A veces me siento ser como sus gafas de bucear, para hacerle ver cómo son las cosas en realidad… ¿pero si somos yo y los demás quienes nos equivocamos porque no somos ella y no comprendemos los intensos motivos que a nuestros ojos la impulsan a hacer estupideces?
Deben ser muy fuertes, pienso yo… o es el amor el que no funciona correctamente negándose a seguir el camino coherente; es posible que sea la cosas más ilógica y rebelde que exista en nosotros, ¿en ti no es así?

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