21 de marzo de 2010

Padre

Mi abuelo recibía diálisis por una máquina a la que debía estar enchufado: tenía la tensión y el colesterol por las nubes pero la salud por los suelos, tanto que tuvieron que amputarle sus dos piernas, pero él seguía comiendo a su antojo y fumando su querida pipa, son elecciones desacertadas de las que te da tiempo a arrepentirte demasiado tarde, por eso la impotencia de ver como mi padre va por el mismo camino me crea una impotencia que me estalla en mis entrañas, y ésta no se la deseo a nadie.
Pero hay que vivir con ello, al igual que con el cargo de conciencia que me entra cuando gasto el dinero que por suerte está ganando mi padre, soportando polvo, heridas, malas contestaciones, atascos, sol y lluvia en las calles de Madrid, alejado de su familia, la que no parece agradecerle nada cuando llega. Mi padre va a trabajar los días de gripe o con alguna lesión; no se puede permitir que lo sustituyan, porque su trabajo pende de un hilo, y puede que cuando llegue ya no le hagan falta.
Me enfado cuando quiero hacer un viaje por mi cuenta o permitirme algún capricho y me ponen mil pegas sin sentido, pero yo sé de sobra por qué lo dicen. Quizás hasta que no lo sufra en mi piel no sepa darle el valor debido al esfuerzo que supone ganar el dinero, pero soy consciente de ello, soy consciente de lo que hacen por mí, y también soy consciente de lo dura que es la vida y de lo mucho que hay que disimular, intentando llevar la misma vida que los que tienen a sus dos padres en casa, sin broncas exageradas y salen deslizándose de fin de mes.
Sin embargo, tengo mucho y, sin duda, todas las necesidades cubiertas (no sería así si no fuera por ellos, soy una ocupa dependiente) pero a veces me falta algo, no sé, un huequecito de amor que no pueden rellenar mis amigos o mi pareja, o estabilidad en las emociones fuertes que me suelen ahogar… de nuevo la impotencia… o incluso la rabia en otros casos.

Hace dos día fue el día del padre, lo que me hizo pensar más en lo que es ser padre. Yo no lo veo mucho (de todas formas estoy acostumbrada desde pequeña e incluso a veces prefiero que sea así para no crear más tensiones), pero si no lo veo es porque está cuidándome lejos de aquí dejándose la piel para que, al menos nosotros, sí vivamos bien.

Estudiar es la mejor opción que tengo a mi mano para poder ser en unos años autosuficiente, además no me disgusta la carrera en la que estoy. Ya me queda poco…

1 comentario:

  1. Este es el claro ejemplo de que hay padres y padres...
    Unos que hacen lo que está en sus manos para que sus hijos vivan bien, y otros que ni se molestan en preocuparse de si sus hijos están bien...

    Tu padre se merece el reconocimiento que le das =)
    En cuanto a las broncas...intenta que no te influyan aunque eso es prácticamente imposible y cuando lo hagan siempre nos tendrás aquí*

    ResponderEliminar