29 de junio de 2010

Los truenos de su tormenta

Como un golpe seco asestado al corazón,
más fuerte que el que luego él propinó,
que no le nubló la vista pero sí la razón
todo respeto e incluso amor le arrebató.
No fue un jarro de agua fría sino ardiendo
el que le cayó cuando traspasó el umbral
no pudo evitar hacia ellos salir corriendo
entonces nadie ni nada le podía parar.
Hizo lo que nunca deseó llegar a hacer
porque va en contra de toda ley y moral
pero la rabia no hacía nada más que crecer.
Cosas horribles se le pasaron por la cabeza
En vez de eso puso sus amenazas por delante
para acabar con todo y tanto sinvergüenza
agarrándola de la muñeca y echarles.
Esa escena no la deseaba ni la merecía
acabando apoyado sobre la pared vigilante
y con ojos que casi de asesino parecían
por el fuerte dolor que logró envenenarle.
Las injusticias de las que siempre le advertía
eran del mismo que sin ninguna explicación
desde hace tiempo indefinido las cometía
¡a quien no debía le falto consideración!
No entendió como pudo arruinar el amor
que fue promesa eterna y sin engaños
perdiendo su dignidad por un ajeno calor
que esa noche borró tantos dulces años.
Sin embargo debe guardarlo en secreto
sufriendo por quienes quiere y lo vieron
ya que tales oscuros y tristes sucesos
de sus heridas alma y memoria huyeron.
Aunque hay una persona en su vida
que sí oye los truenos de su tormenta
y estará para darle cura a la herida
que en silencio sangra y se lamenta.

16 de junio de 2010

15 de junio de 2010

Soñadores que no mueren de realidades

Tras salir parcialmente de un estado de inconsciencia (sí, soy una inconsciente, pero menos que aquel que no reconoce serlo) y con la mente más hundida en el alma, puedo percibir el mundo en el que estamos, no como uno que nos ha sido impuesto sino como con el que somos partícipes, el cual cambiamos y manipulamos a nuestro antojo.
Ahora me doy cuenta de lo mal que sabemos aprovechar su esencia y de las ideologías de hojalata que encierran nuestra mente; si seguimos así estaremos relegados a ser chatarra de ese mundo que apenas conocemos.
Nos da miedo sentir, por eso no indagamos en emociones que nunca hemos explorado por temor a no encontrarnos o no saber reaccionar, incluso porque nos pueda gustar… entonces querremos ver qué pasa si nos adentramos un poco más, mas no poder frenarlo sería un error para nuestro roll robotizado.
Pero ahora pienso y creo que el hecho de que se puedan romper nuestros esquemas no es malo sino todo lo contario, emocionante tal vez. Si eso pasa significaría que he sobrepasado los límites que hubiera puesto inintencionadamente a mi mente, y el haber sentido algo insospechado, distinto o puede que contradictorio, sería un gran descubrimiento. Habré traspasado uno de los muchos dinteles que nos llevan al conocimiento del mundo.
Repito que no sabemos casi nada de él, a pesar de estar convencidos de controlarlo, y estamos aún más lejos de conocernos a nosotros mismos: nuestro cuerpo, nuestras capacidades, nuestros deseos más ocultos, nuestras limitaciones o incluso nuestros sueños. Esto de hablar de sueños no es asunto fácil de tratar, o como se diría, no es moco de pavo.
Estoy viendo una película que no creo que pasara a la gran pantalla, ya que está catalogada como erótica (que no porno) solo porque refleja una visión poco común del tratamiento de los sentimientos, haciéndote pensar, puede que desgraciadamente, que tú eres demasiado simple en comparación. Dicha película va sobre películas, y las películas las crean soñadores, a los cuales no les vincula el dicho “quien vive de sueños, muere de realidades” ya que estos soñadores hablan de la realidad, o mejor dicho, de las realidades en las que estamos envueltos porque no hay solo una a mi parecer, sino multitud en función de cómo y en qué medida experimentes la vida… de cómo percibas y cambies el mundo.
Algunos cineastas son una parte de los soñadores que están situados, por suerte o por desgracia, en otra perspectiva. Ellos no son extras, son protagonistas; no son los que esperan ser rescatados, sino que son caballeros que luchan con valentía contra el temor a saber una verdad que está más allá de lo superficial, y también mesías, en tanto que son visionarios que plasman en actos lo que ellos descubrieron para dárselo a conocer a todos. Si consiguen romper el caparazón de conformidad de tan solo un corazón, dejándolo en libertad para encontrar por sí mismo, se darán por satisfechos.
Pero estos solo son una parte. Hay más soñadores porque hubo huelguistas, primero universitarios y después trabajadores, en los años de la opresión, pacifistas entregados en época de guerra, escritores rebeldes indispuestos a dejar de pensar… tanto unos como otros: soñadores que no mueren de realidades.

2 de junio de 2010

Destinado a malograrse

Como un Big Bang en mi pecho explotan todos los sentimientos que han sido alimentados, expandiéndose la decepción por cuerpo y alma. Ganas de golpear una guitarra contra el suelo mientras escucho una de esas canciones de histeria, de estampar relojes, de hacer jirones la ropa, de arañar cristales, y lo que más, de vomitarles a la cara todas esas palabras de resentimiento a todas esas personas que lo alimentaron durante todo este tiempo. Porque nadie se quema de rabia por combustión espontánea, sino que traga paciencia y se atraganta por la cohibición. Al final sale todo desde el comienzo. La impotencia se transforma en rencor y éste en envenenamiento, el cual es barroco en las paredes de mi corazón. Me arranco la elocuencia si pienso en el primer factor. Prisión. No tengo nada que decir que no resulte vano, el derecho a guardar silencio se convierte en una desesperante obligación, así la prudencia me cose los labios por miedo a ser desterrada al igual que al acusado. Muerte de la defensa. ¿Qué pasaría si pronuncio la justicia? Que mordería la mano de quien me da de comer, nunca mejor dicho. Por lo tanto, mi silencio es mi prisión y mientras lleve buen comportamiento, el verdugo no hará correr la sangre que también corre por sus venas.
El segundo factor. Asco. Repugnancia hacia las ofertas de tres por uno: indirectas, sinvergonzonería y orgullo. Pacto que rompió, neutralidad que perdió. No comprendió que la indiferencia, aunque fuera peor cura que la enfermedad, era necesaria y única solución, y desde entonces eligió la traición, la cual le costó barata gracias a dicha oferta. Como es común, muchos se olvidan de leer la letra pequeña y ser cliente habitual tiene su precio, el cual más caro por momentos, hasta llegar a que lo bueno que vivimos se arruine y nos consuma por completo.

Tercer factor. Hipocresía. Tantos carroñeros que desgarran tu dignidad aun en vida pero cuando no puedes hacer nada por evitarlo, que se alimentan solo si fracasas y que con un manojos de sonrisas afiladas y un “no te vayas” te apuñalan las espaldas. Pretenden entreabrir la caja de Pandora sin ser descubierto pero ay si les adviertes ¡se echarán sobre el encarado! Sin duda sé que estas personas no merecen ser protagonistas de frustración pero en mí en parte han vencido cuando al menos consiguen aparecer en mi lista de venenos. Una vez hayan entrado en el círculo vicioso de la falsedad, se morderán su propia cola.
Cuarto factor. Decepción. Podré tener esta voz de niña pero no nací ayer y tras este cabello rubio no tengo un pelo de tonta, a pesar de que algunos ni lo sospechen. El desconsuelo que me produce la escasez de transparencia y el declive de nuestra relación entre las personas que considero genuinas no se puede expresar con palabras, al menos yo no puedo, ya que considero menos dañino el odio de un enemigo que el desvanecimiento del amor de un amigo (no hace daño quien quiere sino quien puede, ¿no? pues eso). En este caso no sé qué pesimista acción me apetece porque me resulta demasiado arrebatador que lo que yo aseguraba tan verdadero, tan indestructible y tan único solo fuera un afán de conseguir un fin tan morboso como erróneo. ¿Para eso tanta dedicación, para echarlo por la borda tras un no? otro que no se percata de que construimos algo grande y fuerte, pocas veces conseguido… por eso fue una locura demolerlo con intenciones contrarias al descubrir que no sirve para tal egoísta propósito; que yo sepa un puente no se diseña para lograr pasar de un lado a otro sin explorar, sino para transitar con facilidad día a día de un lado a otro conocido. Todo fue un artificie, un engaño que se descubrió cuando el interés (en mi) despareció y fue a la aventura para crear otro sin demora. Quizás lo sabía desde el principio, pero no quise desengañarme del todo hasta que elaboró otro interés, desgraciadamente en una persona que adoro hasta el día de hoy a pesar de las distancia, repitiéndose el cuento tras un no, afectando ahora a ambas incrédulas. Si al hablarlo entre las dos solo concluimos degradación, no me negareis mi decepción.

¿Qué sentimientos han salido de mi interior? Reflexionando lo veo inevitable si he digerido esto en tan solo un corto y desgraciado fin de semana, sumándole que he echado en falta a mis almas gemelas, aun a pesar de que hace poco nos desviamos algo de la perfección sin quererlo. Únicamente un sabio consejo puede tranquilizarme, sin embargo ni eso conseguirá arreglar lo que está destinado a malograrse…